Alejandro es un veinteañero que vive con sus padres en una casa que ya se ha convertido en un infierno. No estudia, no trabaja y no está dispuesto a seguir la disciplina del hogar. Consume porros y es muy agresivo con su familia, especialmente con su madre, a la que provoca constantemente. El deterioro de la relación es muy grave, las comidas son una sucesión de gritos y disputas que en demasiadas ocasiones llegan a las manos.